Nils Patrick Johanson publica trabajo
War And Peace nuevo álbum para un artista clásico del metal
Nils Patrik Johansson lleva cantando en bandas de metal casi desde que nací. Desde 2002, ha prestado su voz potente y contundente a grupos como Astral Doors, Wuthering Heights y Civil War. NPJ es un músico con una larga trayectoria y una profunda conexión con la historia. War and Peace, el tercer álbum de su proyecto homónimo, Nils Patrik Johansson, ofrece cuarenta minutos de heavy/power metal de corte épico, con temática histórica. Los temas abarcan desde las dos guerras mundiales y la rebelión de Gustavo Vasa hasta cuestiones como el ecologismo y su pasión por el rock húngaro.Pero veintitrés años es mucho tiempo, y la ley de la decadencia discográfica no perdona a nadie. ¿Es War and Peace otro triunfo para NPJ, o ha llegado el momento de que se retire?
Si mi descripción de War and Peace te recordó a cierta banda sueca de power metal con temática bélica, no andas muy desencaminado: ¡suena a Civil War! Desde temas contundentes de ritmo medio como "Barbarossa" hasta veloces baladas como "Gustav Vasa", Johansson despliega su potente voz sobre un power metal denso y repleto de sintetizadores, con la intención de clavarse en la cabeza del oyente como metralla. War and Peace está plagado de ganchos, especialmente conmovedores en la enérgica "The Great Wall of China" y en el aire folk a lo Cumbres Borrascosas de "Prodigal Son". La composición es precisa, manteniendo las canciones en torno a los cuatro o cinco minutos, con pocos solos superfluos o interludios instrumentales. War and Peace no ofrece nada revolucionario, pero con una canción tan pegadiza como "Prodigal Son" o un tema frenético como "Barbarossa", ¿qué importa eso?
Bueno, la falta de originalidad importa cuando la mayoría de las canciones tampoco son muy buenas. Nils Patrik Johansson tiene pocas armas en su arsenal para "War and Peace", y las pocas que posee presentan algunos defectos. Cuando "War and Peace" se ralentiza, como en la recargada "Stay Behind" o en la prescindible instrumental inicial "Himalaya", la tensión se desvanece y se estanca, resultando en escuchas tediosas y aburridas. Al acelerar, Johansson no siempre está a la altura en los momentos clave, como en el estribillo minimalista de "Gustav Vasa" o en el desafinado estribillo de "Hungarian Dance". La composición simplificada también tiende a lo predecible. Casi todas las canciones tienen la estructura pop estándar y un interludio instrumental que se siente superfluo, como la imitación de "Star Spangled Banner" de Hendrix al final de "Stay Behind" o el motivo estereotipado de cuerdas y coro chinos en "The Great Wall of China". En general, gran parte de War and Peace se siente vacío, con buenas canciones pero sin sustancia.
Más allá de sus problemas estructurales, War and Peace resulta una escucha incómoda. La voz de NPJ es competente y agradable, con su característico vibrato y sus peculiaridades vocales, pero abusa tanto de estas técnicas que puede resultar exagerada. Esto se nota especialmente en los momentos más tranquilos de War and Peace, como el puente de piano de "Gustav Vasa" o las estrofas de "Stay Behind", donde su interpretación es tan exagerada que roza la caricatura. Asimismo, lo que se dice puede ser difícil e incluso frustrante de seguir. El trío final de canciones ejemplifica los problemas líricos de War and Peace: repetición excesiva («Hungarian Dance», «Two Shots in Sarajevo»), mensajes confusos («Hungarian Dance», «The Great Wall of China») y una redacción torpe («The Great Wall of China», «Two Shots in Sarajevo»).² Cuando las canciones no son buenas, este tipo de problemas pasan rápidamente de ser nimiedades a grandes dificultades.
Rendirse nunca es una opción, pero War and Peace no supone una victoria para Nils Patrik Johansson. Con demasiada frecuencia, *War and Peace* resulta recargado, con letras demasiado flojas y demasiado derivativo, tanto de otras bandas como de la propia obra de Johansson. Si a esto le añadimos letras que dan vergüenza ajena, el resultado es una escucha difícil. Pero incluso en un mal álbum, NPJ todavía puede ofrecer temazos como «Prodigal Son» y «Barbarossa», así que no todo está perdido. Sin embargo, en cuanto a la obra completa, doy por finalizado mi trabajo sobre Guerra y Paz.