Espirit D`Air presenta Aeons
Gran trabajo para la banda britanica
La fusión de música electrónica y metal suele generar suspicacias. No me refiero a la típica fusión de «un músico encuentra un teclado Casio en el sótano»¹, sino a una auténtica fusión de ambos géneros con los sintetizadores como protagonistas. Esprit D’Air es una de las bandas más recientes que está causando sensación con su particular visión de esta mezcla. Esta banda japonesa, formada en Londres en 2010 y liderada por Kai (The Sisters of Mercy, sí, esa misma), ha forjado rápidamente su identidad en torno a una pegadiza mezcla de metal alternativo, J-rock y trance, entre otras influencias más peculiares. Tras una separación y posterior reunión, su álbum debut, Constellations, vio la luz en 2017, seguido de Oceans en 2022 y Seasons en 2024². Su cuarto álbum, Aeons, busca profundizar en el estilo propio de Esprit D’Air, ofreciendo una propuesta más variada sin la colaboración de sus habituales artistas invitados. ¿Cómo logran manejar esta mezcla de géneros por su cuenta?
Aeons está aquí para divertirse, ante todo. Si bien la resucitada encarnación de Esprit D’Air posterior a 2016 es técnicamente un proyecto solista —siendo Kai el único miembro oficial a tiempo completo—, en la práctica funcionan como una banda. El vocalista Kai y su compañero Takeshi Tokunaga son los responsables de la mayor parte de la composición e instrumentación del álbum, con Jan-Vincent Velazco a cargo de la batería. Es difícil establecer comparaciones directas con la fusión de géneros de Esprit D’Air, pero la mayor parte de Aeons se basa en el metal alternativo filtrado a través de un sonido épico y rockero, similar a X Japan (“Like a Phoenix”). En ocasiones, su sonido incluso se inclina hacia el AOR y el power metal de los últimos trabajos de Battle Beast (“Shadow of Time”, “Silver Leaf”). El trabajo de guitarra suele estar junto a los teclados o en segundo plano, pero cumple a la perfección su función de añadir mayor contundencia al álbum, y la instrumentación en general es precisa y dinámica. La voz de Kai también juega un papel fundamental en el disco, adornando aún más los estribillos potentes con líneas vocales melódicas inspiradas en el J-rock (“Chronos”, “羽ばたけ”).
Esprit D’Air tiene predilección por los estribillos pegadizos, especialmente en los teclados. Temas como “Silver Leaf” y “Like a Phoenix” destacan los puntos fuertes del álbum, fusionando el J-rock con sonidos de sintetizador extremadamente pegadizos que beben tanto del techno como del trance. Fundamentalmente, su variado arsenal de estilos de teclado y guitarra hace que cada canción sea única. Si bien las guitarras podrían tener mayor protagonismo, su papel rítmico relativamente sencillo se complementa con solos potentes y elaborados cuando es necesario. La actitud de la banda hacia la instrumentación y la composición recuerda por momentos a la forma en que Elyose fusiona influencias electrónicas y metaleras de principios de los 2000, inclinándose ocasionalmente hacia su sonido alt-metal más cercano al djent moderno ("Chronos", "Lost Horizon") o incluso hacia el ataque melódico y grave de Periphery ("Quetzalcoatl"). A través de su abanico de estilos, Aeons cumple la promesa de la banda de ofrecer mayor variedad de una forma más refinada.
La variedad de Aeons, si bien intrigante, es un arma de doble filo. Hay un punto concreto entre las pistas 8 y 10 donde el toque alternativo del álbum se transforma en un sonido más vanguardista, con influencias nu-metal, tanto instrumental como vocalmente ("Broken Mirror", "絶望の光"). Aunque Esprit D'Air lo consigue con cierta maestría, no encaja con la atmósfera del álbum, especialmente al estar todo centrado en una sola región. La balada "Stardust" también... Atenúa un poco la potencia del álbum, y su paisaje sonoro brillante pero melancólico hace que Kai se exceda en su registro vocal óptimo. Afortunadamente, la mayor parte de Aeons es memorable e incluso, por momentos, contagiosa. Su brevedad suaviza sus errores; mientras que Oceans duraba casi una hora, Aeons logra más en casi la mitad de tiempo. Estos ágiles 35 minutos hacen que sus altibajos no sean fatales, pero la parte central del álbum sí decae en comparación con el potente inicio y el final.
Aeons termina siendo un conjunto entretenido y compacto de melodías que desafían los géneros. Su pegadizo ataque rock/metal fusiona todo lo característico de los 2000, y las influencias electrónicas son particularmente satisfactorias. La inconsistencia del disco deja algo que desear, y su dirección sonora es algo dispersa en algunos momentos, pero los aspectos positivos superan con creces sus tropiezos. Cuando conseguí la copia promocional de Aeons, no sabía muy bien qué esperar. Ahora resulta evidente que Esprit D’Air ha creado un álbum que va más allá de la suma de sus partes. Creo que su atractivo trasciende las etiquetas de género que se le atribuyen, y tienen mucho margen para seguir desarrollando sus mejores cualidades en el futuro.